sábado, enero 13, 2007

Tour

Quiero que traspases mi sonrisa. Al umbral de tu mundo y mis imposibles deja los montajes, tu vestido y las historias. Avanza firme hasta donde la oscuridad recubre todo, camina a tientas: Lo que toques será iluminado. Cuando tu rastro de luz aclare el panorama, puedes entrar a mi memoria. Haz caso omiso a las lagrimas que empañan los cristales y a los relojes detenidos por el insomnio. Detrás de los lienzos sucios que recubren las paredes te juro que sobreviven matices hermosos y recuerdos de glorias. Da vuelta en la esquina que conduce al corredor de mis defectos: Para tí me declaro vulnerable... pero no te centres en ellos. Dónde termina podrás distinguir nubes de colores y bicicletas danzando por los aires: Ahí residen mis sueños. Vuela un poco si quieres para que comprendas que por, a pesar de lo previo, mantengo ráfagas de libertad. Puedes salir por la caverna escondida bajo los charcos de letras que decoran el infinito. Llegarás a un salón enorme. Es mi alma. Si tienes calor, habrás llegado en un momento de júbilo. Si sientes frió, mis días no son los óptimos. Te concedo el don de maniobrar a tu antojo el termostato, aledaño justamente al interruptor de mi sonrisa. Te advierto, sin embargo, que no simpatizo con el cero absoluto... y la canícula eterna hace que la primavera pierda su sentido especial. Junto a los bustos de gente que seguro conoces localiza un ladrillo de perla. Labra en él tu rostro cuando te sientas segura. Yo me encargaré de alzarlo. Y si habiendo llegado a donde te encuentras aún no pierdes la fe en mí, y decides que vale la pena un último riesgo, entra al pequeño cuarto sitiado por mis miedos...
Ahí verás la silueta de mi esperanza de píe y maniatada. Cuando la liberes brotarán rosas de ventanas oculta y puertas secretas, de floreros disfrazados de urinarios y obras de arte devoradas por polillas. Lámparas chorreadas de óxido provocarán un resplandor que solo podrás ver en mis ojos cuando salgas, cuando sigas el sendero de pétalos que se abrirá camino entre jardines que van a dar a la piel de mi mano que justo en ese momento estará temblando... por que toca la tuya.


Santos Rafael Atilano

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