sábado, septiembre 22, 2007

Recondita

Las cartas nunca predijeron esta constante de señales a distancia. Reojos de precaución, sonrizas de Te extraño, y miradas de No me mires. Magestuoso peregrinar entre lo libre y lo moral. Demencia permitida para quien no sabe de parlanchinerías.

Por eso sigo insistiendo, que de tu boca a mis labios hay una frecuencia que me llama y embona.
(De tu mano a la mia solo el deseo que el territorio de contacto de incremente)