Un perro compañero
Aún no has llegado y ya sientes el temblor unanime por cada segmento de tu cuerpo. Las manos sudorosas, tu mente con temor a lo que no sabes ni siquiera que pueda ser y ese palpito en el pecho dictando a cada estruendo "Cuidado... cuidado". Ignoras los alaridos y luchas contra la corriente. Mientras abres la puerta tus ojos desenfocan para evitar las sorpresas ingratas pero a fin de cuentas obtuviste lo que buscabas, lo que no necesitabas pero siempre estuvo ahí. Viste lo que quisiste ver.
No me gusta vivir mentiras. Automentiras.
No me gusta vivir mentiras. Automentiras.
Etiquetas: Corazón y damas
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home