domingo, junio 17, 2007

La chica triste que me hacia reir

Espiaba hacia mi cuarto cada noche antes de dormir, confidente de llamadas clandestinas a horas deshonrosas y preparadas con mucha anticipación. A la una, ok? -Ok y siempre a la una, a las tres, al instante o dias despues siempre puntual uno con el otro. Cualidad cronologica que con nadie mas he repetido. Me confió sus secretos, le conté los mios, le hablé de mi dama y coincidió con su caballero extraviado. Siempre adoré la valentía con que se postraba frente a mi casa y gritaba mi nombre cuando sentía la corazonada de hacerlo, esas veces en que terminaba contundentemente la charla a distancia y en pocos minutos estaba ante mí, sonriente y apenada, tán contrastante a mi desfachatez e ironía.
Era de aquellas niñas a las que uno puede mandar a la mierda y semanas despues sentirse solo, de las que no estan ahí para siempre y te provocan reconocer que las cosas podrían haber sido distintas si le hubieses dado la oportunidad. Dama de compañía para conversaciones sobre otras, mujer de pantalones bien puestos y distancias simuladas. Tán rodeada de soledad como yo me sentía entre las multitudes. Siempre sonriente ante la luna, que se puede comer a cucharadas como diria sabines, como le diría yo tambien.

Y despues, todo se termina. Un dia dicen que te quieren y todo queda en una experiencia, en el triste recuerdo de la chica triste que te hacía reir (Pero eso es asunto de historiadores y uno que otro amor adolescente
)