viernes, agosto 04, 2006

Y roguemos que mañana me convierta en otro infeliz

Grito de guerra durante más de una noche de llanto. Estandarte previo al quiero morirme y peticion de rodillas ante el yugo de saberme vulnerable. Un holograma que mi mente proyectó y que con nulos deseos pero muchas intenciones anhelaba alcanzar, un reflejo espontaneo y contemporaneo en donde de pronto sin saber de donde o por que me fueron acoplando con reclamos y fraces directas a mi mentalidad.

Objetivo alcanzado?
Mísión plena y satisfecha?


Hoy a varios instantes (favor de no medir en tiempo) doy la contra a todos los psicoanalisis a mi propio y desnutrido cerebro de eras modernas y postapocalipticas en las que llegué a dudar de mi integridad como persona correcta, bajo el estadar que durante muchos años mis padres y mi coherencia me llevaron a forjar. Y descubrí que no, que no era eso.

No es que me haya convertido en otro infelíz como le imploré a los cielos.




Sigo siendo el mismo buen tipo, el mismo del que siempre me sentí orgulloso de ser y el que no cambia su heraldica esencial. Simplemente me llevaron al limite. Y mi paciencia se cansó. Soy noble, pero tambien soy humano.

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